Los evangelios del Adviento. Mateo 18,12-14



Evangelio segùn Mateo 18,12-14
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las 99 no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños.

Interpretaciòn
Lislie Zaileth Zuniga Pena

Mùsica de fondo
Logic Pro

Meditaciòn
Sr.Nella Letizia Castrucci

Meditación 
Digamos la verdad, el Señor es realmente un pastor despreocupado, por no decir irresponsable: ¡¿de qué otra manera podríamos definirlo?! Poner en riesgo noventa y nueve ovejas, para ir a buscar sólo una. ¿Qué es entonces una sola oveja insignificante, frente a un rebaño residual de noventa y nueve? Por cierto, esta oveja tampoco debe ser particularmente “brillante”, si ha conseguido ella sola entre cien perderse. 

Si fuéramos nosotros el pastor, creo que nos costaría creer que tal oveja merece el esfuerzo de ir a las montañas a buscarla, también porque salvarla podría significar poner en peligro nuestras vidas. Y aunque si decidiéramos ir a buscarla y encontrarla, lo más probable es que le démos una buena lección, así que la próxima vez lo piense dos veces antes de desviarse del rebaño. Aparte de la alegría por el hallazgo ... 

Sí, la nuestra sería la elección más razonable. Pero hay un pero. ¿Y si esta oveja fuera yo? ¿Qué me gustaría que hiciera Dios? 

En una inscripción en una tumba de un cristiano de finales del siglo II se lee: “Soy el discípulo de un pastor santo que tiene ojos grandes; su mirada llega a todos”. ¡He aquí, Jesús es este pastor que tiene grandes ojos que también nos alcanzan hoy, a mí también, porque realmente no quiere perderme!

 

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